Son las 21 de un jueves. Las luces del estudio de televisión de LA GACETA Play se encienden y el conductor Guido Guerrero da comienzo a una nueva edición del programa Cultura Latente, una coproducción entre el Ente Cultura de la Provincia y LA GACETA.
Entre las propuestas del día se destaca la convergencia calculada de dos invitados de peso: Sergio El Negro Prina y Javier Juliá, dos tucumanos que la “rompen” en el cine nacional e internacional. Se augura un encuentro televisivo entre dos figuras de la pantalla grande, con roles y funciones diferentes.
Prina es actor. Participó en la exitosa serie de Netflix “División Palermo” y la recientemente estrenada en Star Plus “Diciembre 2001”, dirigida por Benjamín Ávila, también con raíces en la provincia. Probablemente sea el actor tucumano con más participaciones en producciones en el cine nacional.
Juliá es director de fotografía y estuvo al frente de ese rol en resonantes películas como “Relatos salvajes” y la premiada “Argentina, 1985”. Dirigió también la foto de “Misántropo”, película con la que el director Damián Szifrón debutó en la industria estadounidense, estrenada en este mes en la provincia.
El “Negro Darín” local
El conductor saluda al Negro Prina, que se encuentra en el piso. Más tarde Juliá se sumará virtualmente desde Buenos Aires.
“¿Podríamos decir que sos el negro Darín de Tucumán? El actor tucumano que más filma”, bromea Guerrero. Y Prina responde en sintonía: “me dicen Morgan Prina -en referencia al actor Morgan Freeman-”. Estallan las carcajadas en el estudio.
Gran parte de las producciones en las que participa el actor se realizan en Buenos Aires; sin embargo, él prefiere mantener su residencia en Tucumán. “Alguna vez pensé en irme pero me gusta mucho la provincia, tiene un gran potencial -afirma-. Vivir aquí es un plus, porque te convocan también por cómo funciona tu cabeza como tucumano, como hombre del norte”.
Tucumano más taquillero
“La tucumanidad como un encanto”, subraya el conductor y da paso a Juliá, ya conectado vía Zoom. “No es fácil irse”, cuenta Javier, atento a la conversación previa sobre lo que es vivir en la Tucumán y sobreviene la pregunta sobre su trabajo como responsable de la fotografía de la exitosa “Argentina, 1985”, labor que le hizo merecedor del Cóndor de Plata y fue nominado en los premios Platino (ya en 2021 obtuvo el diploma Konex en Iluminación por su desempeño en la última década).
“Ya desde el guión te das cuenta que estás frente a algo grande”, responde. “A eso se sumaba trabajar con Santiago Mitre, Ricardo Darín, Peter Lanzani, Laura Paredes... Te das cuenta que hay muchas cosas que están bien, tanto que en un momento decís ‘espero no arruinarla’. Fue un enorme desafío”, reconoce.
Javier pasó su infancia y adolescencia, en los 80, encantado por los cines de la ciudad, entre funciones de “Cupido Motorizado”, Bud Spencer y las comedias de Pierre Richard y Gerard Depardieu. Hasta que “Star Wars” lo impactó y le cambió la percepción del cine. Ya en Buenos Aires fue discípulo del histórico Félix Monti, director de fotografía de “La historia oficial” y referente en esa área en la industria nacional. Más tarde trabajó para la productora KyS -realizadores de “El Reino”, “El Ángel”, “La odisea de los giles”, entre otros potentes títulos-. Allí conoció a Damián Szifrón, quien al ver su trabajo en la fotografía de “El último Elvis” lo convocó para trabajar en “Relatos salvajes”.
Su carrera siguió acumulando éxitos y este 2023 estrenaron “Misántropo”, un desembarco en el universo del cine estadounidense. “La película está realizada por una productora de Estados Unidos y los actores principales son estadounidenses”, cuenta. Se filmó en Montreal, con equipo técnico canadiense. “Un gran equipo. Los recursos, aunque parecían muchos, no llegaban a ser suficientes para lo que pretendíamos hacer. Ahí sacamos a relucir nuestra argentinidad: nuestras habilidades para desenvolvernos con menos recursos. En general, no hubo mucha diferencia con las producciones importantes que realicé en la Argentina”, confiesa.
Danzar con la cámara
Los entrevistados intercambian miradas sobre la construcción de la historia en el cine y la charla deriva en ese triángulo esencial que combina la cámara, el actor y la luz.
“Uno como actor va aprendiendo que debe percibir la cámara, seguirla sin que se note, como en una danza”, dice Prina y Juliá coincide: es como una danza en la que guía uno o el otro, dependiendo del corazón de la escena.
Antes de despedir a los entrevistados el conductor lanza la última pregunta a Juliá: “¿Vas a dirigir la fotografía de la película de ‘Los simuladores?’”. El consultado sonríe sin responder y se cruzan miradas cómplices entre todos, cerrando el bloque.
El Círculo de la Prensa: una película de Ingmar Bergman
Dentro del ciclo “Cine y circo” de La Linterna Mágica, hoy a las 20.30 y con entrada gratis se verá en El Círculo de la Prensa (Mendoza 240) el filme del sueco Ingmar Bergman “En presencia del payaso”, estrenado en televisión en 1997 y luego parte de la sección Una Cierta Mirada del Festival Internacional de Cine de Cannes. La historia se desarrolla en 1925, cuando el inventor Carl Åkerblom ingresa en un centro psiquiátrico de Upsala a causa de una violenta crisis nerviosa. Allí, con la colaboración de otros pacientes, se propone rodar la primera película sonora de la historia del cine, que trataría sobre los últimos días de la vida del músico Franz Schubert. En el hospital recibe la inquietante visita de un ambiguo y extraño payaso, quien es -en realidad- la Muerte.